Suman más las muertes por violencia doméstica que las derivadas de rapiñas
Mié 05/10/2011 - 13:57 por Editores
Entrevista a MILAGRO PAU, integrante de la Comisión de Género y Equidad de Aebu y del PIT-CNT.
MILAGRO PAU – El primer tema que tenemos para tratar es la violencia doméstica. Entendemos que es un tema de salud pública y de derechos humanos. Más allá de que haya una ley aprobada sobre violencia doméstica, no están dadas las condiciones como para hacer frente al índice de violencia y muertes de hoy. Por eso, nosotros proponemos que urgentemente hay que aprobar un protocolo de actuación ante los casos de acoso sexual y violencia de género.
Además hay que hacer una capacitación y sensibilización para educadores y funcionarios de la salud, del Ministerio del Interior y el Poder Judicial, y también en los sindicatos y con los negociadores ante el Ministerio de Trabajo. Más allá de que tenemos una ley aprobada desde 2002, no hay capacitación en los distintos ámbitos para poder proceder de manera adecuada.
MM – ¿Por qué fallan las coordinaciones que deberían funcionar en la realidad?
MP – El problema es que no se han diseñado programas especiales de empleo y no hay una solución habitacional real para las víctimas de violencia doméstica. Los refugios son pocos. A nivel de juzgados y seccionales policiales no hay personal capacitado para este tema. Entonces, no siempre se comprende de una manera real.
En el movimiento sindical tenemos una herramienta como los cursos sindicales, donde informamos a los dirigentes y militantes —hombres y mujeres— sobre cómo proceder ante una situación de violencia. El procedimiento actual es muy engorroso y lento, y muchas veces es difícil concretar la denuncia.
Por eso tenemos la propuesta de llevarlo como plataforma ante el Consejo Superior de Salarios, con la capacitación y la formación, además de la sensibilización sobre la ley de acoso sexual tanto en el ámbito laboral y sindical como en el empresarial. Entendemos que esta es la única manera en que realmente podamos revertir esta situación.
Desde 2002 han aumentado los índices de violencia y las muertes de mujeres.
MM – ¿Cuántas mujeres han muerto por violencia de género en lo que va del año?
MP – Alrededor de 26; es una cifra altísima, mucho más alta que la del año pasado.
MM – No sé si no es una cifra más alta que la de las muertes en materia de seguridad, como cuando vemos que hay un atraco y hay muertes.
MP – El índice de muertes es mayor para la violencia doméstica. Realmente, es impactante. Eso refleja cuáles son los valores morales que hay en la sociedad y la violencia que se instaura allí. Más allá de los delitos de robo o atraco, la violencia está instalada en los hogares y las familias. Es preocupante, porque hay un claro deterioro de la sociedad.
MM – Sin embargo, la sensación térmica pasa por el tema de la seguridad y no por lo que estamos hablando ahora.
MP – Sí. Los medios lo manejan porque es mucho más vendible. Si vemos un caso que sale a nivel de los medios de prensa sobre violencia doméstica, tenemos cuatro o cinco casos que no salen a la luz porque no se concretaron. Cuando sale a la luz un caso de estos es porque la mujer está muerta; ya es tarde. Las denuncias y las precauciones no salen en la prensa. Solo sale la noticia cuando la mujer murió. Entonces, no podemos vivir con esa conducta de que cuando muere nos enteramos. Hay que hacer una campaña de prevención y capacitación, para no llegar a estos extremos y para que podamos trabajar mejor.
MM – ¿Cómo funciona la negociación colectiva y la participación desde el punto de vista del género?
MP – Es un instrumento fundamental para la producción de igualdad. La negociación colectiva de alguna manera tiene que hacer un giro, porque es una obligación del movimiento sindical y del Ministerio de Trabajo, que tiene que impulsar la lucha contra la discriminación y la equidad de género en el empleo. Entendemos que sigue siendo deficitaria la participación de mujeres negociadoras por múltiples motivos. No vamos a repetir el tema de la triple jornada o los horarios y responsabilidades familiares de las mujeres. Más allá de todo eso, no hay una capacitación a nivel sindical ni del Estado para poder llevar mujeres y tratar el tema de las cláusulas de género e igualdad de oportunidades en la negociación colectiva. En la negociación colectiva no está el tema de la maternidad, por ejemplo. No tenemos igualdad entre funcionarios públicos y privados respecto a la maternidad. Ello a pesar de que el gobierno hace una campaña de salud sobre la necesidad de amamantar a los niños, mostrando que cuanto más tiempo se amamante un niño, más salud y prevención tenemos. El futuro del país son estos niños que van a ser adultos.
También hay otros aspectos importantes, como el medio horario por lactancia y promover las 16 semanas de licencia por maternidad. (Estamos hablando de tiempos por debajo de los convenios internacionales de la OIT). Queremos promover una licencia paternal para que haya igualdad entre el padre y la madre. Las salas de lactancia en los lugares de trabajo son fundamentales. Cuando las compañeras se reintegran a trabajar, no tienen que interrumpir la lactancia. Pueden seguir amamantando a ese niño en las condiciones que el trabajo le permiten. Por eso, queremos que en la negociación colectiva esté planteado el tema de las salas de lactancia, para que las compañeras puedan extraer su leche materna y luego seguir alimentando a los niños. Y también que haya licencia especial para hombres y mujeres en caso de enfermedad familiar. Lo tienen muchos funcionarios del sector público, pero no en el sector privado en general. En la banca no lo tenemos. Por eso, es imperativa la aprobación de una ley de protección de la maternidad. Eso lo tenemos que llevar adelante en la negociación colectiva. Para nosotros, es fundamental que haya una resolución en este congreso respecto a este tema.
MM – ¿Cómo se está trabajando en materia de salud reproductiva y aborto?
MP – Nosotros pedimos la inmediata aprobación de la ley de salud reproductiva. Y no es la legalización del aborto. Nosotros planteamos que debe haber un aborto seguro en Uruguay. No puede ser que las mujeres mueran por un mal aborto y que las únicas que salven su vida sean las que pueden pagar un aborto en mejores condiciones. No se puede abortar por abortar. Hay determinadas condiciones y la ley es clara en ese sentido. Tiene que haber determinadas condiciones y un protocolo especial para hacer un aborto. Pero queremos que haya un aborto seguro en Uruguay para todas las mujeres, sea cual sea su condición social o económica. Nosotros entendemos que es fundamental la despenalización del aborto, porque el deber de este gobierno es corregir lo que quedó pendiente de la legislación pasada. Al asumir el gobierno, en un acto en el PIT-CNT, el propio José Mujica se comprometió a aprobar esta ley. Que se apruebe de una vez y se pongan las condiciones necesarias para que haya seguridad.
MM – ¿Hay algún otro punto importante en el documento?
MP – Nosotros planteamos que en nuestra sociedad hay distintas formas de discriminación. No solo la mujer es el centro de la discriminación, sino que también hay discriminación en cuanto a las opciones sexuales diferentes, que cruzan todas las clases y grupos sociales. Y el movimiento sindical no es ajeno a ese tema. Por lo tanto, tiene que haber una sensibilización dentro del ámbito laboral y sindical, en pro de la no discriminación por opción sexual. También promovemos la aprobación de una ley por el matrimonio igualitario.
Muchas gracias a la audiencia. A los compañeros, por favor: a participar y apoyar, que el movimiento sindical necesita de todos.
Transcripción: Valentina Roldós