LA PARTICIPACIÓN DE LAS FF.AA. EN LA
LUCHA DEL CRIMEN ORGANIZADO TRANSNACIONAL.
La participación cada vez mayor de las fuerzas armadas en
América Latina para enfrentar el crimen organizado transnacional, en particular
el narcotráfico, se ha convertido en una estrategia común ante la ausencia de
políticas de seguridad pública robustas y eficaces. Este fenómeno genera un
debate amplio y dividido sobre su efectividad y las consecuencias que podría
traer a largo plazo.
También el creciente uso de los “estados de excepción” por
parte de los gobiernos para combatir el crimen organizado transnacional *COT como
el narcotráfico, responde a una serie de factores complejos y ser una solución rápida, aceptada y reclamada por la población.
El crimen organizado transnacional (*COT) es un negocio
ilícito que se extiende por varios países, sin fronteras culturales, sociales,
lingüísticas ni geográficas. Sus actividades pueden incluir el tráfico de
drogas, armas, mercancías ilícitas, trata de personas, robo a mano armada,
falsificaciones y blanqueo de capitales.
Podemos enumerar las razones de por qué los Gobiernos
recurren a la intervención militar, la intervención de la Fuerzas Armadas en la
lucha contra el *COT:
1. Debilidad de las instituciones policiales: En
muchos países latinoamericanos, las instituciones policiales carecen de los
recursos, la capacitación y la independencia necesarias para enfrentar al
crimen organizado. La corrupción y la infiltración de grupos criminales en las
fuerzas policiales también limitan su efectividad.
2. Poder del narcotráfico: El narcotráfico es un
problema que trasciende fronteras y afecta profundamente las instituciones, la
economía y la sociedad en general. Al ser una amenaza transnacional con altos
niveles de violencia, los gobiernos recurren a las fuerzas armadas, percibidas
como cuerpos con mayor capacidad de combate, armamento y disciplina para
enfrentarlo.
3. Ausencia de políticas de seguridad estructurales:
Muchos países de la región carecen de políticas de seguridad pública de largo
plazo que aborden de manera integral los factores estructurales que fomentan el
narcotráfico. Ante esta carencia, los gobiernos suelen recurrir a respuestas de
corto plazo que, aunque visibles, no abordan las raíces del problema.
Los problemas y riesgos de utilizar esta estrategia en la
lucha contra el COT.
1. Militarización de la seguridad pública: La
participación prolongada de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública
puede llevar a la militarización de la seguridad, lo que aumenta el riesgo de
abusos de derechos humanos y de que los civiles sean tratados como
combatientes, especialmente en zonas vulnerables o de conflicto.
2. Erosión de las instituciones democráticas: El rol
de las fuerzas armadas debe estar claramente delimitado en una democracia. El
uso de estas fuerzas en tareas de seguridad interna puede, con el tiempo,
socavar las instituciones civiles y generar una dependencia del poder militar
en la toma de decisiones de seguridad, reduciendo la transparencia y el control
civil.
3. Pérdida de enfoque de las fuerzas armadas: Las
fuerzas armadas, al asumir un rol de seguridad pública, se desvían de sus
tareas primarias de defensa del Estado, y los recursos se destinan a una guerra
interna que muchas veces no tiene un final claro. Esto podría debilitar la
capacidad militar para defender al país en casos de amenazas externas.
Las alternativas y enfoques necesarios para evitar utilizar
esta estrategia:
A. Fortalecimiento de las fuerzas policiales: Mejorar
la capacitación, equipamiento y profesionalización de las fuerzas policiales es
fundamental. Las policías requieren autonomía, transparencia y protocolos de
supervisión para garantizar su efectividad y reducir la corrupción.
B. Desarrollo de políticas de seguridad a largo plazo:
La seguridad ciudadana y la reducción del narcotráfico requieren políticas que
combinen justicia social, educación y oportunidades económicas, especialmente
en comunidades afectadas por el narcotráfico, para prevenir que estas se
conviertan en fuentes de reclutamiento de los cárteles.
C. Colaboración internacional y cooperación regional:
Dado que el narcotráfico es un problema transnacional, los países
latinoamericanos deben coordinar esfuerzos de inteligencia, tecnología y
recursos, apoyándose en instituciones internacionales para mejorar la
efectividad sin depender de soluciones exclusivamente militares.
Después de este análisis primario, podemos arribar a la
siguiente conclusión:
La intervención de las fuerzas armadas en la lucha contra el
narcotráfico puede proporcionar resultados inmediatos, pero no es una solución
sostenible ni integral. Es necesario que los Estados latinoamericanos
desarrollen políticas de seguridad pública sólidas, robustas y eficaces, que
incluyan tanto la profesionalización de las fuerzas policiales como estrategias
sociales y económicas para abordar las causas del narcotráfico, especialmente
el crimen organizado transnacional.
Edward Holfman EH
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