domingo, 17 de noviembre de 2024

LA PARTICIPACIÓN DE LAS FF.AA. EN LA LUCHA DEL CRIMEN ORGANIZADO TRANSNACIONAL.

 

LA PARTICIPACIÓN DE LAS FF.AA. EN LA LUCHA DEL CRIMEN ORGANIZADO TRANSNACIONAL.

La participación cada vez mayor de las fuerzas armadas en América Latina para enfrentar el crimen organizado transnacional, en particular el narcotráfico, se ha convertido en una estrategia común ante la ausencia de políticas de seguridad pública robustas y eficaces. Este fenómeno genera un debate amplio y dividido sobre su efectividad y las consecuencias que podría traer a largo plazo.

También el creciente uso de los “estados de excepción” por parte de los gobiernos para combatir el crimen organizado transnacional *COT como el narcotráfico, responde a una serie de factores complejos y ser una solución rápida, aceptada y reclamada por la población.  

El crimen organizado transnacional (*COT) es un negocio ilícito que se extiende por varios países, sin fronteras culturales, sociales, lingüísticas ni geográficas. Sus actividades pueden incluir el tráfico de drogas, armas, mercancías ilícitas, trata de personas, robo a mano armada, falsificaciones y blanqueo de capitales.

Podemos enumerar las razones de por qué los Gobiernos recurren a la intervención militar, la intervención de la Fuerzas Armadas en la lucha contra el *COT:

1. Debilidad de las instituciones policiales: En muchos países latinoamericanos, las instituciones policiales carecen de los recursos, la capacitación y la independencia necesarias para enfrentar al crimen organizado. La corrupción y la infiltración de grupos criminales en las fuerzas policiales también limitan su efectividad.

2. Poder del narcotráfico: El narcotráfico es un problema que trasciende fronteras y afecta profundamente las instituciones, la economía y la sociedad en general. Al ser una amenaza transnacional con altos niveles de violencia, los gobiernos recurren a las fuerzas armadas, percibidas como cuerpos con mayor capacidad de combate, armamento y disciplina para enfrentarlo.

3. Ausencia de políticas de seguridad estructurales: Muchos países de la región carecen de políticas de seguridad pública de largo plazo que aborden de manera integral los factores estructurales que fomentan el narcotráfico. Ante esta carencia, los gobiernos suelen recurrir a respuestas de corto plazo que, aunque visibles, no abordan las raíces del problema.

Los problemas y riesgos de utilizar esta estrategia en la lucha contra el COT.

1. Militarización de la seguridad pública: La participación prolongada de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública puede llevar a la militarización de la seguridad, lo que aumenta el riesgo de abusos de derechos humanos y de que los civiles sean tratados como combatientes, especialmente en zonas vulnerables o de conflicto.

2. Erosión de las instituciones democráticas: El rol de las fuerzas armadas debe estar claramente delimitado en una democracia. El uso de estas fuerzas en tareas de seguridad interna puede, con el tiempo, socavar las instituciones civiles y generar una dependencia del poder militar en la toma de decisiones de seguridad, reduciendo la transparencia y el control civil.

3. Pérdida de enfoque de las fuerzas armadas: Las fuerzas armadas, al asumir un rol de seguridad pública, se desvían de sus tareas primarias de defensa del Estado, y los recursos se destinan a una guerra interna que muchas veces no tiene un final claro. Esto podría debilitar la capacidad militar para defender al país en casos de amenazas externas.

Las alternativas y enfoques necesarios para evitar utilizar esta estrategia:

A. Fortalecimiento de las fuerzas policiales: Mejorar la capacitación, equipamiento y profesionalización de las fuerzas policiales es fundamental. Las policías requieren autonomía, transparencia y protocolos de supervisión para garantizar su efectividad y reducir la corrupción.

B. Desarrollo de políticas de seguridad a largo plazo: La seguridad ciudadana y la reducción del narcotráfico requieren políticas que combinen justicia social, educación y oportunidades económicas, especialmente en comunidades afectadas por el narcotráfico, para prevenir que estas se conviertan en fuentes de reclutamiento de los cárteles.

C. Colaboración internacional y cooperación regional: Dado que el narcotráfico es un problema transnacional, los países latinoamericanos deben coordinar esfuerzos de inteligencia, tecnología y recursos, apoyándose en instituciones internacionales para mejorar la efectividad sin depender de soluciones exclusivamente militares.

Después de este análisis primario, podemos arribar a la siguiente conclusión:

La intervención de las fuerzas armadas en la lucha contra el narcotráfico puede proporcionar resultados inmediatos, pero no es una solución sostenible ni integral. Es necesario que los Estados latinoamericanos desarrollen políticas de seguridad pública sólidas, robustas y eficaces, que incluyan tanto la profesionalización de las fuerzas policiales como estrategias sociales y económicas para abordar las causas del narcotráfico, especialmente el crimen organizado transnacional.


Edward Holfman EH

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