Economías Ilegales “crimen organizado”
Mientras las economías legales a nivel mundial enfrentan más
restricciones, mayores aranceles y proteccionismo las economías ilegales como
las del crimen organizado, narcotráfico, lavados de activos, ciberdelitos no
paran de crecer a nivel global.
Una economía ilegal se refiere a un conjunto de actividades
económicas que operan fuera del marco legal establecido por las autoridades de
un país. Estas actividades suelen involucrar la producción, distribución o
intercambio de bienes y servicios que están prohibidos por la ley, como el
narcotráfico, la trata de personas, el contrabando, la explotación laboral
ilegal, entre otras.
Además de ser ilegales, estas actividades suelen estar
marcadas por la falta de regulación, lo que implica la ausencia de control
sobre la calidad de los productos o servicios y la imposibilidad de generar
impuestos que puedan ser utilizados para el bienestar de la sociedad. Las
economías ilegales suelen generar grandes ganancias, pero también pueden tener
efectos negativos en la sociedad, como el aumento de la violencia, la
corrupción y la desigualdad.
A veces, lo que forma parte de una economía ilegal puede
estar vinculado a actividades informales o no registradas, que no
necesariamente son criminales pero que operan fuera del sistema fiscal y de
regulación.
Mientras las economías legales enfrentan restricciones como
aranceles, regulaciones y políticas proteccionistas, las economías ilegales
parecen operar con mayor flexibilidad y adaptabilidad. Esto se debe a varios
factores:
1. Ausencia de regulación: Las economías ilegales no están
sujetas a las restricciones normativas que enfrentan las economías legales, lo
que les permite operar con mayor rapidez y adaptarse a los cambios en la
demanda o las condiciones globales.
2. Globalización y tecnología: La globalización y el avance
de la tecnología han facilitado el comercio ilícito, desde el narcotráfico
hasta los ciberdelitos. Por ejemplo, el uso de criptomonedas y la web oscura
permiten transacciones ilegales casi imposibles de rastrear.
3. Desigualdad económica: En muchos casos, las economías
ilegales prosperan en regiones donde la pobreza y la falta de oportunidades
empujan a las personas hacia actividades ilícitas como una forma de
subsistencia.
4. Demanda constante: Bienes y servicios ilegales, como
drogas, armas y actividades de ciberdelito, tienen una demanda constante a
nivel global, lo que asegura su crecimiento incluso en tiempos de crisis
económica.
5. Corrupción y debilidades institucionales: En muchos
países, la corrupción y la falta de capacidad de las instituciones permiten que
estas actividades ilegales prosperen con relativa impunidad.
El crecimiento de estas economías ilegales plantea enormes
desafíos para los gobiernos, ya que no solo afectan la seguridad y estabilidad
social, sino que también erosionan las economías legales al desviar recursos y
fomentar la informalidad. Abordar este problema requiere esfuerzos
internacionales coordinados, políticas inclusivas y el fortalecimiento de las
instituciones legales y económicas.
Edward Holfman
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