miércoles, 8 de enero de 2025

LA VIOLENCIA HOMICIDA EN URUGUAY

 LA VIOLENCIA HOMICIDA EN URUGUAY

La violencia homicida en Uruguay, como en cualquier país, es un fenómeno complejo que tiene raíces múltiples y requiere una respuesta integral y sostenida. 


A continuación, se presentan algunas estrategias clave que podrían contribuir a reducirla:

Es importante es fortalecer la seguridad y el sistema judicial, aumentar la presencia policial en zonas críticas con estrategias de proximidad, enfocándose en la prevención y la disuasión, con una verdadera policía comunitaria. Además, es clave capacitar a las fuerzas de seguridad en resolución de conflictos, en derechos humanos y manejo de situaciones de alto riesgo. Hay que mejorar la eficiencia judicial para garantizar que los delitos sean investigados, procesados y sancionados rápidamente.

Hay que atender las causas estructurales, reducir la desigualdad socioeconómica, como ampliar programas de empleo, educación y vivienda para comunidades más vulnerables.

Luchar contra el narcotráfico significa abordar el mercado ilícito de drogas, que suele estar vinculado a la violencia, mediante una combinación de represión y programas de rehabilitación con salud mental.

Fortalecer el sistema de educación, ampliando el acceso a la educación de calidad, incluyendo programas extracurriculares que ofrezcan alternativas al ocio nocivo, escuelas y liceos de tiempo completo.

Las intervenciones comunitarias y su participación son claves para promover la cohesión social, y apoyar iniciativas comunitarias que fomenten la convivencia y reduzcan los conflictos. Hay que implementar programas de mediación y resolución de conflictos en barrios con alta incidencia de violencia y criminalidad Hay que crear espacios seguros para, niños/niñas y jóvenes, como centros deportivos y culturales, que desvíen su atención de actividades de índole delictivas.

El control de armas de fuego juega un papel importante en estos grados de violencia extrema. Hay que establecer regulaciones estrictas para el acceso a armas de fuego y reforzar más los controles para evitar su proliferación en manos de personas no autorizadas. Hay que realizar campañas de desarme efectivas voluntarias acompañadas de incentivos económicos o sociales con la participación de las comunidades.

La prevención temprana es fundamental, para detectar y atender factores de riesgo en niños y adolescentes, como la deserción escolar, la violencia intrafamiliar y la exclusión social. La implementación de programas de salud mental que ofrezcan apoyo a personas en situación de vulnerabilidad y de adiciones.

Las Políticas de reinserción social, hay que ampliar las oportunidades para personas privadas de libertad mediante programas de rehabilitación y capacitación laboral, estableciendo redes de apoyo para exreclusos, ayudándolos a reinsertarse en la sociedad y evitar la reincidencia.

La participación ciudadana y la transparencia son de enorme ayuda ya que fomentan la colaboración entre las autoridades y la ciudadanía para identificar problemas y buscar soluciones locales. Mejorar la transparencia en las políticas de seguridad para aumentar la confianza pública y reducir la percepción de impunidad son aspectos para tener en cuenta.

Las estrategias basadas en evidencia no dejan de ser muy importantes, monitorear y analizar datos sobre homicidios y la violencia para diseñar intervenciones específicas en determinadas zonas, barrios es un dato para considerar, hay que implementar programas que hayan demostrado éxito en otros contextos, adaptándolas a la realidad local. Los delitos son locales y por ende las soluciones deben ser locales.

Reducir la violencia homicida es un desafío que requiere la acción coordinada del gobierno, la sociedad civil y las comunidades. Además, se necesita voluntad política y un compromiso sostenido para implementar estas estrategias de manera efectiva.

Edward Holfman EHM

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