La presencia policial en las tribunas

 

La presencia policial en las tribunas

 Informe Técnico: La presencia policial en las tribunas como respuesta a la amenaza del crimen organizado en el fútbol


Resumen Ejecutivo

Este informe sostiene que la exclusión de la Policía Nacional de las tribunas durante eventos deportivos, particularmente en el fútbol uruguayo y especialmente en los encuentros entre el Club Atlético Peñarol y el Club Nacional de fútbol, constituye un error estratégico que desconoce la verdadera naturaleza del fenómeno que se enfrenta. La discusión no debe centrarse únicamente en “violencia en espectáculos deportivos”, sino en la existencia de organizaciones criminales estructuradas bajo la forma de barras bravas, con capacidad operativa, territorialidad, acceso a armas y vínculos con actividades ilícitas como el narcotráfico, la extorsión, la reventa de entradas, el sicariato y el lavado de activos.

1. Introducción

En los últimos años se ha intentado delegar en la seguridad privada la prevención y el control de disturbios en los estadios, bajo el argumento de descomprimir el rol policial y profesionalizar la gestión de eventos. Sin embargo, esta política ha demostrado ser insuficiente y peligrosa, pues descansa en una premisa errónea: que la violencia en los estadios es episódica, espontánea y manejable mediante protocolos de seguridad convencional.

La realidad es otra. En múltiples clubes del fútbol uruguayo, las barras bravas funcionan como estructuras delictivas estables, con jerarquías internas, fuentes ilegales de financiación, capacidad de intimidación y participación en el control territorial de tribunas, barrios y flujos económicos.

2. El error conceptual: confundir violencia con criminalidad organizada

No estamos frente a hinchas exaltados, sino ante grupos organizados de más de tres personas, que de acuerdo con el derecho penal uruguayo (Art. 59 del Código Penal y legislación sobre crimen organizado) constituyen asociaciones ilícitas cuando su finalidad es la comisión de delitos.

Las barras bravas en Uruguay han sido señaladas en múltiples oportunidades por:

  • Control de la reventa de entradas.
  • Extorsión a jugadores, dirigentes y técnicos.
  • Uso de armas de fuego dentro y fuera del estadio.
  • Intimidación a testigos.
  • Participación en homicidios y casos de sicariato.
  • Articulación con redes de narcotráfico y microtráfico.

Estas características exceden ampliamente las competencias de la seguridad privada.

3. Limitaciones estructurales de la seguridad privada

La legislación uruguaya (Ley N.º 19.721 y normas reglamentarias del Ministerio del Interior) establece que el personal de seguridad privada:

  • No tiene potestades coercitivas.
  • No puede portar armas de fuego en espectáculos públicos.
  • No tiene capacidad de detención, interrogación ni represión de delitos.
  • No puede intervenir en situaciones de disturbio masivo sin apoyo policial.

Además, carecen del respaldo legal, logístico y de inteligencia necesarios para enfrentar estructuras criminales organizadas.

4. Por qué la Policía debe estar en las tribunas

La Policía Nacional, a través de sus unidades especializadas, es el único cuerpo con:

  • Capacitación en inteligencia criminal.
  • Acceso a bases de datos de antecedentes y vigilancia electrónica.
  • Equipamiento disuasivo y letal autorizado por ley.
  • Capacidad de neutralización y contención inmediata.
  • Coordinación con la fiscalía general de la Nación.
  • Poder de detención y actuación judicial.

Su presencia no es opcional ni delegable cuando el desafío es el crimen organizado.

5. Recomendaciones

A. Restituir la presencia policial en las tribunas como parte del perímetro de seguridad y control.

B. Asignar unidades de inteligencia criminal especializadas en los barra brava y crimen organizado deportivo.

C. Promover una legislación específica que tipifique las estructuras barrabravas como organizaciones criminales.

D. Fomentar la cooperación internacional para identificar flujos financieros, armas y vínculos transnacionales.

E. Restringir la habilitación de seguridad privada a tareas de apoyo, no de intervención ni confrontación.

6. Conclusión

Pretender enfrentar organizaciones criminales con personal no armado, sin formación táctica ni respaldo legal, es una buena receta para el fracaso.

La seguridad privada tiene un rol complementario, pero la presencia policial en las tribunas no solo es necesaria, es estratégica y urgente.

El Estado no puede abdicar de su deber de hacer cumplir la ley, sobre todo cuando se trata de estructuras que operan como mafias modernas infiltradas en el deporte.


Edward Holfman EHM

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